Ejercicio en pacientes con cáncer: la importancia de la supervisión por fisioterapeutas especializados

El ejercicio físico se ha consolidado como una herramienta esencial en el abordaje integral del cáncer, aportando beneficios significativos en la calidad de vida, la capacidad funcional y la reducción de efectos secundarios asociados a los tratamientos oncológicos. Sin embargo, para garantizar la seguridad y eficacia de estos programas de ejercicio, es fundamental que sean supervisados por fisioterapeutas especializados en oncología.

Beneficios del ejercicio en pacientes oncológicos

Diversos estudios han demostrado que la actividad física regular en pacientes con cáncer contribuye a:

  • Mejora de la capacidad aeróbica y fuerza muscular: Programas de entrenamiento aeróbico y de fuerza han mostrado incrementar la masa muscular y la capacidad funcional, contrarrestando la hipotonia y la fatiga comúnmente observadas durante y después de los tratamientos oncológicos.
  • Reducción de la fatiga relacionada con el cáncer: La fatiga es uno de los síntomas más debilitantes en pacientes oncológicos. La actividad física supervisada ha demostrado disminuir significativamente esta sensación de agotamiento, mejorando la calidad de vida y facilitando la realización de actividades cotidianas.
  • Mejora de la función cardiovascular y respiratoria: El ejercicio regular contribuye a mantener y mejorar la salud cardiovascular y pulmonar, aspectos cruciales para pacientes sometidos a tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia.

Problemas asociados y la necesidad de supervisión profesional

A pesar de los beneficios mencionados, la implementación de programas de ejercicio en pacientes con cáncer presenta desafíos que justifican la necesidad de supervisión por parte de fisioterapeutas especializados:

  • Variabilidad en la tolerancia al ejercicio: Cada paciente presenta una respuesta diferente al ejercicio debido a factores como el tipo y estadio del cáncer, los tratamientos recibidos y las comorbilidades existentes. Un fisioterapeuta especializado puede adaptar el programa de ejercicio a las necesidades y limitaciones específicas de cada individuo, asegurando una progresión adecuada y segura.
  • Riesgo de lesiones y complicaciones: Sin una supervisión adecuada, los pacientes pueden realizar ejercicios de manera incorrecta o exceder sus límites, aumentando el riesgo de lesiones musculoesqueléticas o exacerbación de síntomas. La presencia de un profesional garantiza una técnica adecuada y la monitorización constante de la respuesta al ejercicio.
  • Manejo de efectos secundarios específicos: Tratamientos oncológicos como la radioterapia pueden generar limitaciones funcionales, como déficits en la movilidad articular. La intervención de fisioterapeutas especializados es crucial para diseñar ejercicios que aborden estas limitaciones y promuevan una recuperación óptima.

La integración de programas de ejercicio físico en el tratamiento del cáncer ofrece múltiples beneficios, pero su implementación debe ser cuidadosamente planificada y supervisada. Los fisioterapeutas especializados en oncología poseen el conocimiento y la experiencia necesarios para diseñar y dirigir estos programas, adaptándolos a las particularidades de cada paciente y minimizando riesgos. Su intervención asegura que la actividad física se convierta en un aliado seguro y efectivo en el proceso de recuperación y mejora de la calidad de vida de las personas con cáncer.

Ejercicio Terapéutico

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Ejercicio Terapéutico para pacientes oncológicos y para pacientes con patologías crónicas

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