Cada día observo a cientos de personas, hombres y mujeres mayores de 50 años, caminando. Me alegra ver que este segmento de la población ha interiorizado la importancia de la actividad física y el movimiento para su salud.
Sin embargo, cuando voy al gimnasio, el número de personas de esa edad es muy reducido, especialmente de mujeres, pero también de hombres.
Siempre se nos ha inculcado la idea de que el ejercicio aeróbico es el ideal para nuestra salud, casi siempre con el sistema cardiovascular, con el corazón, como referencia. No voy a ser yo quien cuestione los beneficios del ejercicio aeróbico para nuestra salud, pero existe una tarea fundamental para nuestro organismo que no podemos ignorar si queremos preservar nuestra salud: la fuerza.
Entiendo que caminar por lugares agradables o en compañía de otras personas o de tu podcast es más entretenido que hacer ejercicios de fuerza en una sala, casi siempre de manera individual. Sin embargo, a esa edad, el entrenamiento de fuerza debe acompañar, o incluso, llegado el caso, sustituir al entrenamiento aeróbico, si es necesario elegir entre ambos.