Movimiento contra el dolor: Cómo el ejercicio puede mejorar la calidad de vida en pacientes oncológicos

El dolor es uno de los síntomas más comunes y debilitantes en personas que enfrentan el cáncer. Este problema no solo afecta físicamente a los pacientes, sino que también impacta negativamente en su bienestar emocional, sus relaciones sociales y su capacidad para realizar actividades diarias. Ante este desafío, el ejercicio físico está ganando terreno como una herramienta efectiva y segura para aliviar el dolor relacionado con el cáncer, además de ofrecer múltiples beneficios a nivel general.

Una variedad de ejercicios, desde los de fuerza y aeróbicos hasta actividades de mente-cuerpo como yoga o tai chi, han demostrado ser útiles para reducir tanto la intensidad del dolor como su interferencia en la vida cotidiana. En este contexto, los programas de ejercicio integrales, que combinan distintas modalidades de actividad física, se destacan por ser especialmente efectivos. Este enfoque global no solo aborda el dolor, sino que también mejora aspectos como la fatiga, el estado de ánimo y la funcionalidad física.

Por ejemplo, actividades aeróbicas moderadas pueden estimular la liberación de endorfinas, las «hormonas de la felicidad», que actúan como analgésicos naturales. Por otro lado, los ejercicios de fuerza ayudan a prevenir la pérdida de masa muscular, un efecto secundario frecuente de los tratamientos oncológicos, mejorando la capacidad funcional y la independencia del paciente. Además, las prácticas mente-cuerpo como el yoga no solo disminuyen el dolor, sino que también reducen el estrés y promueven la relajación.

Un aspecto fundamental para garantizar los beneficios del ejercicio es la personalización. Cada paciente tiene necesidades y limitaciones específicas, por lo que es crucial diseñar un programa que se adapte a su condición física, el tipo de cáncer y la etapa del tratamiento. Es importante que estas intervenciones sean supervisadas por profesionales capacitados en ejercicio terapéutico para maximizar la eficacia y minimizar riesgos.

Incorporar el ejercicio como parte del cuidado integral en oncología no solo puede mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino que también les brinda una herramienta activa para tomar el control de su salud. En lugar de ver el movimiento como un desafío adicional, se convierte en un aliado poderoso contra el dolor y las limitaciones físicas. Así, el ejercicio no solo fortalece el cuerpo, sino también la esperanza de una vida más plena durante y después del tratamiento oncológico.

En OYTU, apostamos por integrar programas de ejercicio oncológico personalizado, respaldados por evidencia científica, para optimizar la calidad de vida de nuestros pacientes. Si deseas conocer más sobre nuestras intervenciones especializadas, visita www.oytu.es.

Ejercicio Terapéutico

Ejercicio Terapéutico

Ejercicio Terapéutico para pacientes oncológicos y para pacientes con patologías crónicas

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