El cáncer de próstata es una de las enfermedades más frecuentes en hombres a nivel mundial. A lo largo de los años, se han estudiado diversos factores que pueden influir en su desarrollo, y recientemente, una investigación ha revelado un vínculo significativo entre la actividad física y la reducción del riesgo de padecer esta enfermedad.
Un estudio reciente analizó datos de más de 57,000 hombres, evaluando la relación entre su nivel de actividad física y la incidencia del cáncer de próstata. Los resultados fueron contundentes: aquellos que aumentaron su nivel de ejercicio regular experimentaron una disminución del 35% en la probabilidad de ser diagnosticados con esta patología. Este hallazgo refuerza la hipótesis de que el ejercicio no solo es beneficioso para la salud en general, sino que también puede desempeñar un papel clave en la prevención de ciertos tipos de cáncer.
Los mecanismos detrás de este efecto protector aún no están completamente esclarecidos, pero se cree que la actividad física contribuye a la regulación de los niveles hormonales, la reducción de la inflamación crónica y la mejora del sistema inmunológico. Además, el ejercicio favorece el mantenimiento de un peso corporal saludable, lo que también podría influir en la reducción del riesgo de cáncer de próstata, dado que el exceso de grasa corporal ha sido asociado con un peor pronóstico en esta enfermedad.
Los expertos sugieren que cualquier forma de actividad física puede ser beneficiosa, aunque el ejercicio aeróbico, como caminar, correr o nadar, junto con el entrenamiento de fuerza, parecen tener un impacto positivo en la salud metabólica y hormonal. La Organización Mundial de la Salud recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana para obtener beneficios generales en la salud, aunque en este estudio se observó que el incremento en la actividad, más allá de los niveles mínimos recomendados, generó mayores beneficios.
Este estudio aporta evidencia relevante sobre la importancia de incorporar el ejercicio como una estrategia de prevención del cáncer de próstata. Si bien no sustituye otros factores como la alimentación saludable y los controles médicos periódicos, su papel en la reducción del riesgo es claro. Promover un estilo de vida activo podría ser una herramienta clave para reducir la incidencia de esta enfermedad en la población masculina.
Bolam KA, Bojsen-Møller E, Wallin P, Paulsson S, Lindwall M, Rundqvist H, Ekblom-Bak E. Association between change in cardiorespiratory fitness and prostate cancer incidence and mortality in 57 652 Swedish men. Br J Sports Med. 2024 Mar 21;58(7):366-372. doi: 10.1136/bjsports-2023-107007.