Aumentar la esperanza de vida
Hay unanimidad en considerar que la realización de actividad física de forma regular reduce los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes tipo 2, dislipemias, etc), así como la incidencia de algunos tipos de cáncer o ictus.
Todo ello contribuye a que se pueda establecer una relación inversa entre la mortalidad por cualquier causa y la realización de actividad física. Así, distintos estudios han estimado que la mortalidad desciende un 30-35% en personas físicamente activas en comparación con las de hábitos sedentarios.
La realización regular de actividad física se asocia a un aumento de la esperanza de vida de 0,4 a 6,9 años. En ex-atletas de resistencia aeróbica se observó un aumento de la esperanza de vida, algo que no ocurrió con otras modalidades deportivas.
En conclusión, la realización de actividad física aumenta la esperanza de vida, pero no está tan claro si las actividades deportivas de alta intensidad puedan incrementar aún más esa expectativa.