El tejido graso en nuestro cuerpo se divide en tres tipos: grasa blanca, grasa marrón y grasa beige. La grasa blanca es la más común en adultos y se encuentra principalmente en el abdomen y debajo de la piel. Su función es almacenar energía, y en personas con obesidad, estas células tienden a agrandarse y acumular más grasa.
Por otro lado, la grasa marrón, que es abundante en los bebés, se reduce en la adultez, localizándose principalmente en el cuello y alrededor de la clavícula. Esta grasa tiene muchas mitocondrias (las “fábricas” de energía en las células) y se especializa en generar calor, ayudando a quemar energía y, por ende, a reducir la grasa en el cuerpo. Estudios muestran que las personas con sobrepeso suelen tener menos grasa marrón, por lo que activarla podría ser útil para manejar el peso.
La grasa beige es un tipo especial que se transforma a partir de la grasa blanca cuando nuestro cuerpo recibe ciertos estímulos, como el ejercicio. Al igual que la grasa marrón, la grasa beige quema energía en lugar de almacenarla, por lo que contribuye a la reducción de peso.
El ejercicio juega un papel importante en la activación de la grasa marrón y en la transformación de la grasa blanca en grasa beige. Esto sucede porque la actividad física estimula el sistema nervioso simpático (el que activa respuestas de “lucha o huida”) y este sistema envía señales para que las células de grasa marrón trabajen más y quemen energía. Además, el ejercicio provoca la liberación de ciertos compuestos llamados “exerquinas” que activan la conversión de grasa blanca en beige y ayudan a reducir la acumulación de grasa.
Otro efecto del ejercicio es que regula ciertas sustancias en el cuerpo, como la adiponectina, que ayuda a crear nuevas mitocondrias en las células de grasa, aumentando así la capacidad del cuerpo para quemar grasa. En conjunto, estos procesos no solo promueven la pérdida de peso, sino que también mejoran la salud al reducir la inflamación crónica relacionada con el exceso de grasa.
En conclusión, el ejercicio tiene beneficios que van más allá de bajar de peso. Activa la grasa marrón y la transformación de grasa blanca en beige, lo cual ayuda a mejorar la salud general y a manejar el peso, siendo una herramienta clave para combatir la obesidad y promover un bienestar integral.