La cirugía mínimamente invasiva ha revolucionado el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas, permitiendo una recuperación más rápida y reduciendo los riesgos asociados con procedimientos quirúrgicos abiertos. Sin embargo, las complicaciones postoperatorias siguen siendo una preocupación importante. En este contexto, el ejercicio preoperatorio ha emergido como una estrategia efectiva para mejorar los resultados quirúrgicos y la calidad de vida de los pacientes.
Beneficios del Entrenamiento Preoperatorio
El ejercicio antes de la cirugía puede considerarse una «prehabilitación», un concepto que busca optimizar el estado físico del paciente antes del procedimiento. La evidencia ha demostrado que un programa de ejercicio supervisado en los días previos a la cirugía puede generar beneficios significativos, entre ellos:
- Menor riesgo de complicaciones postoperatorias: Estudios recientes han señalado que los pacientes que realizan entrenamiento preoperatorio presentan una menor incidencia de infecciones, complicaciones respiratorias y cardiovasculares tras la cirugía.
- Reducción del tiempo de hospitalización: Los pacientes con mejor condición física tienden a recuperarse más rápido, lo que acorta la estancia hospitalaria y reduce el riesgo de complicaciones asociadas a la inmovilidad.
- Mejor control del estrés y la ansiedad: La preparación física antes de la cirugía no solo fortalece el cuerpo, sino que también mejora el bienestar psicológico del paciente, reduciendo síntomas de ansiedad y depresión asociados con la intervención.
- Optimización de la función respiratoria: La cirugía torácica puede afectar la capacidad pulmonar. Sin embargo, ejercicios específicos pueden mejorar la eficiencia del sistema respiratorio, facilitando la recuperación postoperatoria.
¿Cómo debe ser el programa de ejercicio preoperatorio?
Para que el entrenamiento prequirúrgico sea efectivo, debe ser estructurado y adaptado a cada paciente. Idealmente, un programa de «prehabilitación» debería incluir:
- Ejercicio aeróbico moderado-intenso (como caminata rápida o bicicleta estática) al menos 30 minutos al día.
- Entrenamiento de fuerza enfocado en grupos musculares clave, especialmente en la musculatura respiratoria.
- Ejercicios respiratorios para mejorar la oxigenación y la capacidad pulmonar, como la respiración diafragmática y el uso de incentivadores respiratorios.
- Supervisión médica para adaptar la intensidad del ejercicio a las condiciones individuales del paciente.
Conclusión
La incorporación de un programa de ejercicio previo a la cirugía de cáncer de pulmón podría marcar una gran diferencia en los resultados postoperatorios. Además de reducir complicaciones y mejorar la recuperación, esta estrategia ofrece una oportunidad para que los pacientes enfrenten la cirugía en mejores condiciones físicas y psicológicas. Implementar la prehabilitación como parte del protocolo clínico podría convertirse en un estándar en el tratamiento quirúrgico del cáncer de pulmón, con beneficios tangibles para los pacientes y el sistema de salud.