Ejercicio y cáncer de mama
El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común en mujeres, con una incidencia en rápido aumento. Los avances en tratamientos como la cirugía, quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia han mejorado significativamente las tasas de supervivencia y pronóstico de las pacientes. Sin embargo, los efectos secundarios post-tratamiento, como la obesidad, trastornos cardiovasculares y presión arterial elevada, siguen siendo un desafío considerable. En este contexto, la actividad física se presenta como una estrategia efectiva para mitigar estos efectos adversos y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Beneficios del ejercicio combinado
Estudios recientes han demostrado que la combinación de ejercicio aeróbico (AET) y entrenamiento de fuerza (RET) puede tener efectos positivos significativos en pacientes con cáncer de mama. Esta combinación de ejercicios mejora la función cardiopulmonar y el perfil de lípidos en sangre, dos áreas cruciales para la salud general y la calidad de vida de estas pacientes.
Mejora de la función cardiopulmonar
El ejercicio aeróbico incrementa la eficiencia del corazón y los pulmones. Actividades como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta, combinadas con ejercicios de fuerza, mantienen un sistema cardiovascular saludable. En pacientes con cáncer de mama, mejorar la función cardiopulmonar es vital, ya que muchos tratamientos oncológicos pueden debilitar el corazón y los pulmones. La inclusión de AET+RET en la rehabilitación ayuda a contrarrestar estos efectos negativos, mejorando la capacidad de las pacientes para realizar actividades diarias y reduciendo la fatiga.
Mejoras en el perfil de lípidos en sangre
El tratamiento del cáncer de mama puede afectar negativamente el perfil de lípidos en sangre, elevando los niveles de colesterol y triglicéridos, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza ha demostrado ser eficaz para mejorar el perfil lipídico, reduciendo los niveles de colesterol LDL (malo) y aumentando los niveles de colesterol HDL (bueno). Este cambio no solo contribuye a una mejor salud cardiovascular, sino que también puede jugar un papel en la prevención de recurrencias del cáncer.
Recomendaciones para profesionales de la salud
Dado que el AET+RET puede mejorar significativamente la función cardiopulmonar y el perfil de lípidos en sangre, se recomienda a los profesionales de la salud integrar programas de ejercicio estructurados en el tratamiento y rehabilitación de pacientes con cáncer de mama. Estos programas deben ser personalizados, considerando la condición física y necesidades específicas de cada paciente.