La quimioterapia es un tratamiento fundamental en la lucha contra el cáncer, pero conlleva efectos secundarios que afectan tanto al cuerpo como a la mente. Uno de los problemas más comunes que experimentan los pacientes es la disfunción cognitiva, conocida popularmente como «niebla cerebral». Esta condición puede manifestarse como dificultades para concentrarse, problemas de memoria y lentitud en el procesamiento mental, afectando la calidad de vida de quienes reciben tratamiento oncológico.
Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) ha revelado que la actividad física puede desempeñar un papel crucial en la reducción de estos efectos negativos. La investigación analizó a mujeres con cáncer de mama que se sometían a quimioterapia, comparando aquellas que mantenían una rutina de ejercicio con las que llevaban un estilo de vida más sedentario. Los resultados indicaron que las pacientes físicamente activas experimentaban menos deterioro cognitivo durante el tratamiento.
El impacto del ejercicio en el cerebro durante la quimioterapia
La relación entre actividad física y salud cerebral ya ha sido ampliamente estudiada en la población general, evidenciando que el movimiento regular mejora la función cognitiva, promueve la neuroplasticidad y reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, este estudio aporta un enfoque innovador al demostrar que el ejercicio puede ser una estrategia eficaz para mitigar los efectos adversos de la quimioterapia en el cerebro.
Los mecanismos exactos aún están en investigación, pero se cree que la actividad física contribuye a mantener un adecuado flujo sanguíneo cerebral, lo que favorece la oxigenación y nutrición de las neuronas. Además, el ejercicio estimula la liberación de factores neurotróficos, sustancias que protegen y promueven el crecimiento de las células cerebrales, lo que podría contrarrestar el impacto neurotóxico de los agentes quimioterapéuticos.
Recomendaciones para pacientes en tratamiento oncológico
Si bien cada caso es único y debe ser evaluado por profesionales de la salud, los especialistas recomiendan que los pacientes con cáncer, en la medida de sus posibilidades, incorporen actividad física en su rutina. Caminar, realizar ejercicios de bajo impacto o incluso practicar yoga pueden ser estrategias beneficiosas para mejorar la función cognitiva y el bienestar general durante la quimioterapia.
Estos hallazgos refuerzan la importancia de un enfoque integral en el tratamiento del cáncer, en el que la actividad física no solo contribuye al bienestar físico, sino también al equilibrio mental y emocional, ofreciendo a los pacientes una herramienta más para afrontar la enfermedad con mayor calidad de vida.
Instituto Nacional del Cáncer (NCI). (2021). La actividad física disminuye los efectos de la quimioterapia en el cerebro.
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