Xiong Z, Yuan Y, Yang Y, Qiu B, Bai Y, Wang T, Wang J, Zhang L, Li Y. Optimal exercise dose-response improves health-related quality of life in cancer survivors: a systematic review and Bayesian network meta-analysis of RCTs. Front Oncol. 2024 Dec 16;14:1510578. doi: 10.3389/fonc.2024.1510578.
Un reciente metaanálisis ha proporcionado evidencia sólida sobre cómo el ejercicio puede mejorar significativamente la calidad de vida relacionada con la salud (HRQoL) en personas que han superado un cáncer.
¿Qué dosis de ejercicio es la ideal?
El estudio identificó que la dosis óptima de ejercicio para maximizar los beneficios en la calidad de vida es de 850 METs-minutos/semana. Este indicador, que mide el gasto energético asociado al ejercicio, puede lograrse con actividades regulares como caminar, correr, entrenamientos de fuerza o clases de yoga. Sin embargo, también se evidenció que superar los 1100 METs-minutos/semana no necesariamente aporta mayores beneficios, lo que resalta la importancia de encontrar un equilibrio en la carga de ejercicio.
¿Qué tipo de ejercicio es más efectivo?
El estudio analizó diferentes tipos de ejercicio y encontró que cada modalidad tiene beneficios únicos:
- Entrenamiento mixto (MT): La combinación de ejercicios aeróbicos y de fuerza fue la más efectiva, mejorando tanto la función física como el bienestar general. La dosis óptima fue de 970 METs-min/semana.
- Ejercicio aeróbico (AE): Actividades como caminar, correr o pedalear mostraron mejoras significativas con dosis de 430 METs-min/semana.
- Entrenamiento de fuerza (RT): Fundamental para preservar y mejorar la masa muscular, con una dosis óptima de 450 METs-min/semana.
- Ejercicio mente-cuerpo (MBE): Modalidades como yoga, tai chi o qigong, con una dosis de 390 METs-min/semana, también demostraron ser efectivas, especialmente para reducir el estrés y mejorar el equilibrio emocional.
Aplicaciones prácticas para pacientes y profesionales
- Rehabilitación personalizada: Cada paciente tiene necesidades y capacidades únicas. Diseñar programas de ejercicio adaptados a su condición física, tipo de cáncer y tratamientos previos es esencial para maximizar los beneficios.
- Prevención de recaídas: La actividad física regular no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede disminuir el riesgo de recurrencia del cáncer y otros problemas de salud asociados.
- Supervisión profesional: Es crucial que los ejercicios sean supervisados por fisioterapeutas oncológicos o profesionales capacitados, especialmente en programas que incluyen entrenamiento de fuerza o ejercicios de mayor intensidad.
Una llamada a la acción
Para los pacientes oncológicos, el ejercicio no es solo una herramienta para recuperar la funcionalidad física, sino también una forma de empoderamiento y bienestar integral. Para los profesionales de la salud, incorporar el ejercicio como una intervención terapéutica puede marcar una gran diferencia en el camino hacia la recuperación de sus pacientes.
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