Hígado graso y ejercicio
La Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, afectando a más del 5% de los hepatocitos, y se asocia principalmente con factores de riesgo metabólicos como la obesidad y la diabetes tipo 2. Lo preocupante es que la EHGNA ocurre sin un consumo excesivo de alcohol y puede ser precursora de condiciones más graves como la cirrosis y el carcinoma hepatocelular.
Con un estimado del 32.4% de prevalencia a nivel global, la EHGNA no solo representa una crisis de salud pública, sino también una carga económica considerable.
Se estima que causa aproximadamente 1.2 millones de muertes al año, colocándola entre las principales causas de mortalidad a nivel mundial.
Factores de riesgo y mecanismos subyacentes
Los factores de riesgo de la EHGNA incluyen la obesidad, diabetes tipo 2, dislipidemia, y un estilo de vida sedentario, todos los cuales contribuyen a un perfil metabólico adverso. Además, la enfermedad está vinculada a la sobreproducción de especies reactivas de oxígeno y a la oxidación de ADN, lípidos y proteínas, lo que eventualmente conduce a la muerte celular en el hígado.
Desde un punto de vista diagnóstico, los niveles séricos de enzimas hepáticas como la aspartato aminotransferasa (AST) y la alanina aminotransferasa (ALT) son indicativos de la EHGNA, aunque su presencia es más prevalente de lo que estos indicadores podrían sugerir, dado que la enfermedad a menudo permanece asintomática hasta etapas avanzadas.
Tratamientos y estrategias de manejo
A pesar de su alta prevalencia, la EHGNA carece de tratamientos farmacológicos completamente aprobados. Actualmente, la pioglitazona y la vitamina E son las únicas terapias recomendadas para casos confirmados mediante biopsia. Sin embargo, es crucial subrayar la importancia de las intervenciones de estilo de vida, especialmente en lo que respecta a la dieta y el ejercicio.
El papel del ejercicio en el manejo de la EHGNA
El ejercicio se presenta como una estrategia prometedora para el manejo de la EHGNA. No solo ayuda a controlar el peso y mejorar el perfil metabólico, sino que también reduce la producción excesiva de especies reactivas de oxígeno. Estudios recientes han demostrado que el ejercicio regular puede disminuir significativamente el riesgo de desarrollar EHGNA y facilitar su remisión. Se ha encontrado que los regímenes que combinan entrenamiento aeróbico con entrenamiento de fuerza son particularmente efectivos, mejorando parámetros como el colesterol total, los triglicéridos y las lipoproteínas de baja densidad.
En conclusión, mientras que la comunidad científica continúa explorando opciones terapéuticas más efectivas, el ejercicio y los cambios en el estilo de vida se mantienen como las piedras angulares del manejo de la EHGNA.
Fuente: Xue Y, Peng Y, Zhang L, Ba Y, Jin G, Liu G. Effect of different exercise modalities on nonalcoholic fatty liver disease: a systematic review and network meta-analysis. Sci Rep. 2024 Mar 14;14(1):6212. doi: 10.1038/s41598-024-51470-4.