Ejercicio y Salud Mitocrondrial
La mitocondria, conocida como la «central energética» del miocito, juega un papel crucial en la generación de energía en las células musculares. Estratégicamente ubicadas en un retículo dentro del subsarcolema y espacios miofibrilares internos, las mitocondrias pueden satisfacer con precisión las necesidades energéticas de los miocitos siempre que el suministro de oxígeno sea adecuado y sostenido.
Mantenimiento de la función mitocondrial
Mantener la función mitocondrial es vital para atenuar la sarcopenia relacionada con la edad y el deterioro de la función muscular. La enfermedad cardiovascular (CVD) está asociada con el deterioro de la función mitocondrial. El ejercicio aeróbico crónico es ampliamente reconocido como un enfoque viable y duradero para preservar la salud y funcionalidad mitocondrial, lo cual se correlaciona con una mejora bioenergética muscular y salud cardiovascular a largo plazo.
Organización y función de las mitocondrias
En los tejidos musculares activos (esquelético, cardíaco, liso), las mitocondrias forman un retículo altamente organizado, capaz de satisfacer las demandas energéticas agudas y cambiantes. Sin embargo, al igual que otros componentes celulares, las mitocondrias envejecen y pueden acumular daños en su ADN. La función mitocondrial se mantiene a través de un equilibrio entre biogénesis, fusión, fisión y mitofagia.
- Biogénesis y fusión: Las mitocondrias pueden fusionarse para preservar las regiones funcionales y eliminar las defectuosas.
- Fisión y mitofagia: Las mitocondrias pueden dividirse y ser eliminadas por la maquinaria celular. La mitofagia es el proceso mediante el cual las células identifican y destruyen mitocondrias disfuncionales, fusionándolas con lisosomas para su eliminación.
Impacto del Ejercicio Regular
El ejercicio regular ofrece múltiples beneficios clínicos en la salud mitocondrial:
- Aumento del número de mitocondrias: El ejercicio incrementa la cantidad de mitocondrias en los miocitos, mejorando el transporte de electrones y la fosforilación oxidativa.
- Reducción del estrés oxidativo: Se asocia con una menor producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y niveles más bajos de estrés oxidativo.
- Mejora de la mitofagia: El ejercicio aumenta la mitofagia, correlacionándose con una mayor biogénesis mitocondrial y mejor rendimiento muscular.
Ejercicio y Salud Muscular
El ejercicio no solo ayuda a mantener la fuerza motora funcional y la masa muscular, sino que, a nivel celular, mantiene la capacidad de biosíntesis de ATP y asegura que la reserva mitocondrial sea funcionalmente óptima. Mitocondrias más saludables son menos propensas a aumentar el tono oxidativo y desencadenar la apoptosis de los miocitos.
Ejemplo Clínico
En un estudio, pacientes con enfermedad de las arterias coronarias participaron en un programa de ejercicio durante 8 meses, observándose un aumento del 137% en la capacidad antioxidante total. El ejercicio continuo a lo largo de la vida atenúa la pérdida de función mitocondrial y mejora la salud conforme se envejece. Además, el ejercicio ayuda a controlar el peso corporal, reducir la grasa corporal, prevenir el síndrome metabólico y mantener la sensibilidad a la insulina en el músculo esquelético, entre otros beneficios cardioprotectores.
