La respuesta neuroendocrina al estrés es un mecanismo natural que puede convertirse en nocivo si no se regula correctamente. Este sistema está estrechamente ligado con la resiliencia, que es la habilidad para adaptarse a adversidades, y ambos influyen significativamente en la calidad del sueño. Se ha observado que una baja resiliencia al estrés conlleva a una peor calidad del sueño, mientras que una alta resiliencia favorece un sueño reparador. Estudios recientes apuntan a que mejorar la calidad del sueño podría incrementar la resiliencia y disminuir el estrés, creando un ciclo virtuoso de bienestar.
La investigación sobre este tema también ha explorado cómo la exposición temprana a estresores físicos y psicológicos podría impactar negativamente en el desarrollo a largo plazo de la resiliencia al estrés y los patrones de sueño, tanto en recién nacidos como en adultos. Esto podría deberse a cambios epigenéticos que afectan la regulación del sistema de estrés. Además, se ha notado que el estrés prenatal podría influir de manera diferente según el sexo del bebé debido a características específicas de la placenta, lo que sugiere que los efectos del estrés también tienen un dimorfismo sexual que requiere mayor investigación.
Un aspecto particularmente interesante es el impacto del insomnio materno prenatal en el desarrollo fisiológico de la resiliencia al estrés y el ciclo de sueño-vigilia de los recién nacidos, lo cual podría tener importantes repercusiones a lo largo de la vida. La mejora del sueño en mujeres embarazadas podría, por lo tanto, ser una estrategia clave para fortalecer la resiliencia al estrés en las nuevas generaciones.
La terapia cognitivo-conductual para el insomnio se destaca como la mejor intervención actual para mejorar el sueño, pero se necesitan más estudios para confirmar y expandir los beneficios de esta y otras estrategias. El creciente cuerpo de investigación subraya la importancia de abordar proactivamente los trastornos del sueño como un medio para mejorar nuestra respuesta global al estrés y fomentar una sociedad más resiliente.
Lo Martire, V., Berteotti, C., Zoccoli, G. et al. Improving Sleep to Improve Stress Resilience. Curr Sleep Medicine Rep 10, 23–33 (2024). https://doi.org/10.1007/s40675-024-00274-z