Ejercicio físico: Un aliado para reducir la depresión y ansiedad en supervivientes de cáncer de mama

La práctica de ejercicio físico ha demostrado ser una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida de las personas que han superado un cáncer de mama. Numerosos estudios destacan cómo la actividad física no solo contribuye a la recuperación física, sino que también tiene un impacto significativo en la salud mental, ayudando a reducir síntomas de depresión y ansiedad en esta población.

Las mujeres que sobreviven al cáncer de mama suelen enfrentar múltiples desafíos emocionales. La ansiedad y la depresión son comunes, no solo durante el tratamiento sino también en la fase de supervivencia, cuando el miedo a la recurrencia y los cambios en la vida cotidiana pueden generar un estrés considerable. Aquí es donde el ejercicio físico se convierte en un recurso valioso, ofreciendo beneficios más allá de los meramente físicos.

Entre las diferentes modalidades de ejercicio, el entrenamiento multicomponente ha mostrado ser especialmente efectivo. Este tipo de entrenamiento combina ejercicios aeróbicos, de fuerza y de flexibilidad, proporcionando un enfoque integral que no solo mejora la condición física general, sino que también ayuda a regular el estado de ánimo y reducir el estrés. La evidencia sugiere que realizar este tipo de actividad al menos tres veces por semana, con sesiones de no más de 60 minutos, puede maximizar sus beneficios para la salud mental.

El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, también es beneficioso, aunque parece tener un impacto más moderado en comparación con el entrenamiento multicomponente. Las actividades que incluyen tanto ejercicio físico como aspectos sociales, como las clases grupales, pueden ofrecer un doble beneficio, ayudando a reducir el aislamiento social y proporcionando apoyo emocional.

Además de los beneficios psicológicos, el ejercicio físico mejora la calidad del sueño, aumenta la energía y refuerza la autoconfianza, todos ellos factores clave para una recuperación integral. Para los profesionales sanitarios, recomendar un programa de ejercicios adaptado a las capacidades y preferencias individuales de cada paciente puede marcar una gran diferencia en su bienestar general.

En resumen, el ejercicio físico es una estrategia accesible y eficaz para reducir la ansiedad y la depresión en supervivientes de cáncer de mama. Fomentar la actividad física regular, con un enfoque en el entrenamiento multicomponente, podría ser una recomendación valiosa en el plan de cuidados de estas pacientes, contribuyendo a una vida más plena y saludable.

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Ejercicio Terapéutico para pacientes oncológicos y para pacientes con patologías crónicas

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